No te hablo de "darle una oportunidad" a un animal.
Te hablo de mirar a esos ojos que han visto el abandono y reconocer tu propio reflejo.
No son "pobres criaturas".
Son maestros de resiliencia que enseñan:
· Que el amor no se mendiga, se construye sin prisa.
· Que confiar después del miedo es el acto más valiente.
No adoptes para "salvar".
Adopta porque:
· Sus huellas ensuciarán tu piso pero limpiarán tu rutina.
· Sus miedos nocturnos recordarán los tuyos.
· Su forma de festejar tu regreso te enseñará a vivir el presente.
Este animal no necesita tu lástima.
Necesita:
Un sofá donde roncar sus traumas.
Una mano que no se canse de esperar.
Un nombre que borre el "NN" del refugio.
¿Crees que estás rescatándolo a él?
Espera a ver cómo te rescata a ti.